Teletrabajo ¿una nueva realidad?

Incluso antes de la pandemia del Coronavirus, el mundo laboral viene implementando los términos como “teletrabajo”, “trabajo en casa” o “horario flexible” desde más o menos 1980, cuando se hablaba de la posibilidad de trabajar desde casa como una forma de dar más autonomía y libertad a los colaboradores de cada empresa, lo que “se traduce en mayores niveles de productividad,mejores convenios de tiempo de trabajo y nuevas oportunidades de empleo, quizás sin límites geográficos.” (International Labour Review, 1990, págs. 529-554).

Es verdad que mucha agua ha corrido debajo de los puentes desde 1990, cuando se escribió el artículo que citamos anteriormente. Y, en efecto, el mundo profesional actual (Antes de Coronavirus) ofrecía un abanico de posibilidades donde la ubicación geográfica no era un pero a la hora de aplicar a un trabajo. Era de esperarse, teniendo en cuenta las proyecciones de desarrollo tecnológico y empresarial de la última parte del siglo XX. Lo que no nos esperábamos los ciudadanos de a pie era el brote de una pandemia que re-configuraría nuestro orden socio-profesional.

Y ocurrió.

De repente, todas las noticias fueron sobre SARS COVID-19 y pequeñas y grandes empresas decidieron, mientras fuera posible, habilitar la opción (o reforzar, si era el caso) del teletrabajo, intentando minimizar los riesgos de contagio, acogiéndose a las medidas sanitarias de cada gobierno. Los días han pasado y muchas compañías han corroborado los beneficios que tiene, no solo en la eficiencia de sus colaboradores sino también en la practicidad de tener a una parte importante de la fuerza de trabajo en casa (ahorro metros cuadrados en arrendamiento, consumo de energía e insumos…etc).

Lo anterior sin mencionar las ventajas ambientales al no tener a un porcentaje significativo de trabajadores desplazándose hacia sus oficinas.

El punto es, ahora, cómo lograr encontrar el equilibrio entre trabajo y vida familiar, sin afectar ni lo uno ni lo otro. La escena puede ser conocida para más de uno que apenas se está acostumbrando a tener la oficina en el comedor o en el cuarto adicional: levantarse y, en pijama, tomar una taza de café mientras se prende el computador. La primera de las recomendaciones siempre ha sido: hacer una rutina como si estuviésemos yendo a un lugar de trabajo: bañarse, vestirse, horarios…todo.

Queremos ir más allá. Les queremos contar los beneficios y algunas oportunidades de mejora del trabajo en casa, si están contemplando esa opción o se han visto en esta situación dada la pandemia.

BENEFICIOS

Desde la perspectiva de quienes trabajan para grandes compañías, se presentan una serie de beneficios que pueden considerarse enriquecedores para la calidad de vida de los mismos. Por ejemplo:

  • Menor tiempo invertido en desplazamientos y tráfico por ende, menor impacto ambiental.
  • Mayor eficiencia en la gestión del horario laboral.
  • Reducción de gastos personales asociados al trabajo.
  • Aumento de disponibilidad de tiempo para actividades personales.
  • Mejora en la comunicación con el equipo de trabajo
  • Mayores niveles de concentración. Más eficiencia en el desarrollo de las labores.

OPORTUNIDADES DE MEJORA

Si bien el teletrabajo tiene muchísimas ventajas, también existen ciertos riesgos u oportunidades de mejora de la situación, como por ejemplo:

  • Problemas físicos por falta de implementos adecuados para trabajar (silla apropiada, escritorio…)
  • Sensación de aislamiento y reducción de capacidad creativa.
  • Disminución de compañerismo.
  • Aumento de la transferencia de conflictos hogar-trabajo y viceversa.
  • Mayor probabilidad de desórdenes alimenticios.
  • Aumento de costos fijos asociados al trabajo: internet, energía, mobiliario adecuado.

¿CÓMO MEJORAR EN ESTOS ASPECTOS?

Fundamentalmente se trata de una reconfiguración de la cotidianidad. Esto implica, como primera medida, la necesidad de crear una rutina nueva que incluya horarios de alimentación, horarios de “entrada” y de “salida” (la hora en la que te sientas y te paras de tu nueva oficina) y el establecimiento de pausas activas que ayuden a oxigenarte un poco.

También es indispensable organizar un espacio físico fijo que será destinado únicamente para el trabajo (sí, puede ser costoso, como verás en esta historia) pero existen alternativas como la renta de mobiliario, que reducirán los costos totales de tener una oficina en casa.

Y por último pero no menos importante, es preciso buscar formas de mantenernos unidos a nuestros equipos de trabajo y al propósito de nuestra de la organización. Es posible hacer integraciones virtuales que involucren, por ejemplo, recetas gastronómicas, meditaciones grupales, manualidades, y un sin fin de ideas más que mantendrán a los equipos unidos y con un buen ambiente laboral.

Para lo anterior, desde NEWO sugerimos contratar proveedores locales, para así, apoyar personas y marcas que sin duda tendrán un abanico de posibilidades creativas.

Para responder al título de este artículo podríamos concluir que más que ser una nueva realidad, el teletrabajo es una realidad no tan nueva que por la situación actual aceleró sus pasos y como una buena serendipia, nos demostró tener unas oportunidades que bien aprovechadas puede traer beneficios para todos.

Desde NEWO queremos aportar a esta oportunidad emergente, llevando nuestra filosofía y concepto a los hogares de nuestros usuarios. Entendiendo que nuestros hogares serán parte importante de nuestra realidad profesional, hemos creado NEWO Home, un conjunto de servicios que logran reunir nuestro conocimiento y experiencia, el talento de nuestros usuarios y el apoyo de grandes aliados, aportando entre todos a que la convergencia del hogar y el trabajo sea una experiencia enriquecedora, fuente de crecimiento profesional y personal.

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