Todo se ha dicho y todo está inventado. Al menos, eso es lo que siempre nos han hecho creer con ese refrán que dice “no hay nada nuevo bajo el sol”. La industria cinematográfica parece ser la prueba fehaciente de este hecho.
Lo viejo alguna vez fue nuevo y, dentro de todo, siempre estamos buscando inspiración en aquello que ya tuvo éxito para encontrar nuestra propia fórmula triunfal. El mejor ejemplo de este tipo podría ser BATMAN BEGINS (de Christopher Nolan), que es un reboot de la franquicia Batman. Es reboot y no remake porque reinicia la línea de tiempo en la que se desarrollan los hechos, mientras que un remake es casi que la “actualización” de un film ya existente. En otras palabras: es más probable encontrar novedades de storytelling en un reboot que en un remake.
Batman Begins, entonces, es el comienzo de una trilogía nueva, que se inspira en las tramas y líneas de tiempo pasadas, pero que explora los personajes y la narrativa de una forma diferente.
Un poco de historia y números
Una cantidad considerable de las películas alguna vez escritas o producidas se basan en un mismo hilo narrativo, una esencia que podríamos reducir en: el viaje del héroe. Nuestro protagonista (a quien no calificaremos de bueno o malo, solo… protagonista) emprende un viaje que puede ser literalmente un camino, una búsqueda, una misión… para encontrar algo que se le ha perdido: su identidad, el amor, un vacío existencial claro para nosotros como espectadores.
Los remakes y reboots sacan partido de aquellos viajes que han tenido éxito o que tienen la posibilidad de explotarse de una forma distinta. Volvemos al ejemplo anterior: Batman; o ponemos un ejemplo nuevo: el increíble hombre araña (con Andrew Garfield). Pero existen otro gran número de películas que quizás no sabías que son un reboot o remake.

Aunque casi todas estas películas podrían catalogarse como Drama, el verdadero género rey del re-encauche es el terror. De acuerdo con las estadísticas, cerca del 29% de los films más taquilleros de Hollywood son remakes. Del 2010 al 2019, 75 películas fueron adaptaciones de unas antiguas.
En los últimos 10 años, Disney, que abarca varios géneros pero podría considerarse una categoría propia, ha anunciado, lanzado o desarrollado scripts para al menos 30 películas que serían adaptaciones (en la vida real, reboots o remakes) de previos éxitos.

Entonces: ¿qué tienen de especial los remakes y reboots?
Además de traer a sus sets la fama de súper estrellas como Christian Bale (Batman) o Angelina Jolie (Maléfica) y valerse de ese reconocimiento para generar más taquilla, este tipo de narrativas permiten a los estudios cinematográficos explorar nuevas líneas de tiempo o franquicias que podrían ser exitosas si se explotan de forma correcta. Además, en muchas ocasiones, son films que abarcan un público objetivo mayor: en edad, pues puede que hayan visto el original, y se interese por el nuevo lanzamiento gracias a la nostalgia que le produce; o en intereses, con una adaptación que tenga un giro que apele a más audiencias.
Por último y no menos importante, en un comienzo hablamos de que casi siempre estos re-encauches se basaban en películas que ya habían sido exitosas. Por lo que, palabras más, los estudios cuentan con que la nueva versión sea también un éxito, engrosando la cuenta bancaria de quienes la hacen, lo que le permite a los mismos tomar riesgos con otras películas o formatos que, si son exitosos o no, no generan un vacío en los libros fiscales.
Por lo pronto, es una tendencia narrativa que no desaparece en el horizonte cercano, así que abróchense los cinturones y prepárense para más recorridos por callejones conocidos, probablemente con algunos cambios, pero en esencia, viajamos con dirección a la nostalgia.